
Hoy es 3 de mayo de 2009. Hace 5 meses que empezó el año; pasaron 5 meses…no quiero ser repetitivo pero se me hace imposible dejar de pensar qué han pasado 5 largos meses. No voy a detenerme a reflexionar sobre lo que he hecho en estos 5 meses pasados. Fueron 5 y es mucho tiempo. Indudablemente hay una pregunta encubierta que ronda en las primeras oraciones de este párrafo…
Siendo las 19:25 del domingo 3 de mayo de 2009, entiendo que mañana será 4 de mayo y, estaré recorriendo este loco calendario que me ha tomado por sorpresa e, indudablemente me seguirá sorprendiendo. Creí tener noción del tiempo. Recuerdo cuando era pequeño y aprendí a leer el reloj. Me enseñaron que el día tiene 24 horas y a cada hora le corresponden 60 minutos, compuesto cada uno de estos por 60 segundos. En este momento tengo la sensación de no haber practicado bien esa lección. Así como el día está compuesto por horas, la vida está compuesta por lecciones. Existe una dualidad entre los días y las lecciones. En un principio, la humanidad necesitaba plasmar sus ideas en un soporte técnico, fue así que después de varios soportes no perdurables, en China se creó el papel. Por medio del mismo, las personas comenzaron a reflejar sus pensamientos, teniendo la posibilidad de guardarlos y, volver a invocarlos cuando lo considerasen necesario. El papel es a mí entender el objeto más revolucionario del mundo. Volviendo un poco al tema, tomé el ejemplo del papel porque el mismo, al igual que el tiempo; sirve de soporte técnico para que el individuo pueda comunicarse e interactuar consigo mismo y con los demás. El tiempo cómo el papel es, un soporte técnico de gran utilidad para recopilar lecciones qué; de no plasmarlas en algún otro soporte pueden, rondar en la memoria del ser humano o simplemente perderse en el olvido. El tiempo es barato o, mejor dicho el tiempo no se paga. Y aquí viene el eje de la cuestión: ¿el tiempo no se paga?
Han pasado unos largos minutos desde que me acerqué a esta computadora a escribir algo… Si levanto la vista para recorrer los renglones antes escritos, estaré ocupando algunos segundos de ahora en segundos qué; ya han pasado antes y, sin darme cuenta no los atendí lo suficiente como para recordar ahora, en qué estaba pensando cuando llegué hasta aquí. Me siento obsesivo, asustado y paranoico. En el margen inferior derecho de esta pantalla existe un indicador del tiempo. No quiero dirigir mi mirada hacia él, pero sé que está ahí. Estoy entrando en un estado de ciclotimia extraordinario. Comienzo a tranquilizarme y pienso qué estos minutos pueden ser poco para muchos. Pero sé que, sí en algún momento futuro no recuerdo en que mes estoy, en este texto encontraré el ayuda memoria que he creado para orientarme cuando esté perdido. Ahora entiendo que mañana será 4 de mayo y, no cambiará en nada mi forma de ser. Pero quizá sepa que hoy me he dado cuenta de mucho: el tiempo es un amigo ciego, sordo y mudo qué, nos acompaña cotidianamente. No dudo de su amistad; lo he abandonado e igualmente sigue ahí, firme. He aprendido algo un tiempo atrás: debo reconocer mis errores… Reconozco qué, no lo he tenido en cuenta lo suficiente.
Leonardo Meyre
No hay comentarios:
Publicar un comentario
gracias por dejar tu polvorón!