lunes, 11 de mayo de 2009

Tan pequeñito, es capaz de enseñarte a soñar, a sonreír. Continúa en su búsqueda, no se rinde. Te sientes ínfimo, milimétrico; no haces más que gritar en silencio: que nadie te escuche y nadie se entere. Deberías acompañarlo, lo haces. Se roba tu mano. Su tierna y suave voz extrañamente entra por tus ojos, quieres verlo, leer todo de él. Su manito de infante te guía, te hace vibrar. Una lágrima fría desprende: emoción.


Ieio

1 comentario:

  1. Muy lindo Leito lo que escribis.... Es lo que se siente... y te emociona, y es verdad.
    Te quiero nene...

    Besotes!!!!!!

    Cin.

    ResponderEliminar

gracias por dejar tu polvorón!