Tan pequeñito, es capaz de enseñarte a soñar, a sonreír. Continúa en su búsqueda, no se rinde. Te sientes ínfimo, milimétrico; no haces más que gritar en silencio: que nadie te escuche y nadie se entere. Deberías acompañarlo, lo haces. Se roba tu mano. Su tierna y suave voz extrañamente entra por tus ojos, quieres verlo, leer todo de él. Su manito de infante te guía, te hace vibrar. Una lágrima fría desprende: emoción.
Ieio
Muy lindo Leito lo que escribis.... Es lo que se siente... y te emociona, y es verdad.
ResponderEliminarTe quiero nene...
Besotes!!!!!!
Cin.