Fernando Peña: un artista, un gran artista.
Este año tuve la intención de ir a verlo. Hace poco tuvo que suspender las funciones en el teatro por los problemas de salud que acontecieron con este final trágico para el mundo del Arte...
Fernando era un tipo que podía gustar o no, podías soportarlo o no, podías entenderlo o no. Tan solo era un Artista, un loco delirante que no filtraba absolutamente nada de lo que pensaba. Creo que eso es lo que más admiro de él (porque a pesar de su muerte lo seguiré admirando). No juzgo su condición ni su forma de ser o de actuar. Valoro su creación individual, su faceta profesional. Como Charly y tantos otros locos artistas; su forma, su talento, su libertad y sinceridad con el público hizo de Fernando un hombre famoso, amado y odiado.
En fin, no tengo ni un mínimo de inspiración para plasmar lo que pienso de este hombre. Tampoco me interesa escribir un gran artículo de él. Quería rendirle un pequeño y humilde homenaje a un gran artista de teatro, de radio. Un comunicólogo que no intentaba convencer a nadie de nada. Porque Peña hablaba, decía y opinaba lo que se le antojaba. Algo que pocos tipos en los medios pueden hacer.
Peña murió y cuando las personas mueren dejan una huella. Él dejó una enorme huella en todos los medios en que pudo expresarse y ese logro personal se fue con él… Una medalla que quedará tatuada en su alma para siempre.
Leonardo Meyre
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